Los espectaculares destellos de las constelaciones que se encuentran por todo el cielo han sido la musa de los narradores, incluso antes de que los seres humanos aprendieran a escribir, en aquellas épocas ahora perdidas en la niebla de la historia.
Alrededor de las chisporroteantes llamas y dentro de las ornamentadas paredes de las cortes de los reyes, se componían historias sobre los patrones que se podían ver en las estrellas. En aquellos tiempos, el cielo rebosaba de historias de dioses y diosas, de reinas encadenadas, de cazadores y héroes que se alimentaban de leche divina.
Los mitos celestiales están influidos por tradiciones culturales sagradas y por puntos de vista mundanos de los ciclos naturales y la condición humana: entrar en el equinoccio de otoño, trabajar arduamente en las noches heladas del invierno y volver a nacer con el equinoccio de primavera. Para los egipcios, por ejemplo, Orión invocaba la inundación del Nilo y hacía brotar la vegetación. El triángulo de verano anunciaba la llegada de esta estación o de la primavera. Para los astrónomos aborígenes australianos, las nubes oscuras de nuestra Vía Láctea eran una manifestación de El Gran Emú Celestial, cuya posición en el cielo señala el tiempo en el que se realiza la recolección de los huevos de emú.
Así es como las constelaciones han sido calendarios para marcar los ciclos de la agricultura. Los patrones personificados de las estrellas los hacían fáciles de recordar e informaban a los antiguos humanos cuándo sembrar y cuándo recolectar sus cosechas.
Las constelaciones también facilitaban la navegación. Seguir a la Osa Menor, la pequeña osa de cola grande conocida también como “El gran Cazo”, y la estrella polar o estrella del Norte ayudaba a los viajeros a guiarse en su travesía cuando viajaban por tierra, y guiaba a los barcos a encontrar su camino cuando navegaban en mar abierto. Esto permitió abrir el comercio, la exploración de nuevas rutas en todo el mundo y el intercambio cultural.
Algunos animales usan estrellas como Betelgeuse y la estrella del norte para orientarse. Los patos del tipo ánade real o azulón, pueden encontrar el norte usando las estrellas. El sol orienta también a peces, mariposas, abejas, pájaros, tortugas marinas y hormigas. Algunos pájaros (las currucas) se guían por la luz de las estrellas, y ciertos escarabajos se orientan gracias a la Vía Láctea.
Pero, ¿qué no incluso nosotros orientamos nuestras vidas por nuestro Sol? Él decide cuando comienza nuestra actividad en el día y cuándo termina. Sin su intenso calor y energía, la vida en la tierra se marchitaría y moriría. A través de la fotosíntesis, el sol alimenta y sostiene la cadena alimenticia. Él también mantiene nuestro planeta en órbita, sin él, la Tierra sería lanzada al espacio como si se tratara de una piedrita lanzada por una resortera.
Más allá de navegar por los mares y orientarnos en la tierra, las estrellas ahora se utilizan para explorar la Galaxia y calibrar nuestro conocimiento de los cielos.
A través del análisis de la luz de las estrellas, o el espectro estelar, podemos determinar sus parámetros atmosféricos, tales como la temperatura de su superficie, la gravedad y su composición química. A esto se le conoce como espectroscopía estelar. Recientemente, con el aumento en los datos que tenemos sobre astrofísica, la tarea de caracterizar estrellas se ha automatizado utilizando canales de procesamiento por su eficiencia. De cualquier modo, estos métodos necesitan ser calibrados para evaluar su exactitud y para asegurar mediciones confiables. Dicha calibración es posible dentro de un conjunto muy bien conocido de estrellas llamadas “estrellas de referencia”, las cuales han sido observadas no solo por espectroscopía, sino también con otros métodos independientes, como interferometría o astrometría. Esto nos permite saber mucho más acerca de ellas que de las estrellas de las que únicamente tenemos su espectro disponible. Esto nos hace creer que sus parámetros atmosféricos están mucho más acotados, y que podemos usarlas, entonces, como referencia.
Un equipo de astrónomos, dirigido por Paula Jofre, creó este conjunto de parámetros estandarizados. Las estrellas brillantes cercanas que estudió este equipo, incluido nuestro Sol, fueron seleccionadas por ser muy diferentes, pero aun así tener características que representan a estrellas típicas de la Vía Láctea. Estas estrellas se convirtieron en los ejemplos favoritos, y en cierto sentido, en una regla espectral que provee un sistema unificado de referencia para clasificar y comparar datos de otras estrellas. Esto es esencial para el análisis de los datos que obtenemos de Gaia, por ejemplo, el más rico conjunto de datos espectroscópicos que tenemos hasta la fecha, y que son cruciales para elaborar un mapa de la Vía Láctea. Esto también permite a las y los astrónomos comparar los resultados de diferentes canales de información que complementan los datos de Gaia desde la superficie terrestre con espectros de alta resolución. Como Paula dijo a Scheherazade,
“Lo que es realmente bueno acerca de este trabajo es que es posible ver muchas de las estrellas de referencia de Gaia (Aldebarán, por ejemplo) a simple vista, incluso desde las grandes ciudades del planeta. Estas estrellas brillan como un recordatorio de cómo nos sirvieron para orientarnos desde los tiempos más antiguos”.
Preservar esta perspectiva del cielo, nos ha llevado a proteger el cielo nocturno y establecer reservas de luz estelar. La Asociación Internacional del Cielo Oscuro reconoce 12 zonas protegidas alrededor del mundo, de las cuales 4 se encuentran en Inglaterra. Michigan fue el primer estado de Estados Unidos en designar un área como “Reserva de Cielo Obscuro” en 1993 y hay propuestas de que la parte Central de Australia sea una reserva de cielo obscuro. La Isla española de La Palma, una de las Islas Canarias en el Atlántico, fue declarada “Reserva de luz estelar” hace más de una década. Esta zona está protegida por la ley contra la contaminación del aire y la contaminación luminosa para garantizar cielos oscuros ideales para los observatorios astronómicos. Estas estrictas leyes anti contaminación lumínica han reforzado los estándares de la iluminación de los espacios abiertos y han señalado los límites máximos para el flujo de luz. La “Declaración en defensa del cielo nocturno y el derecho a la luz de las estrellas”, adoptado en 2007, fue promovido por la UNESCO, la Unión Astronómica Internacional, la Organización de Turismo Mundial UN y el instituto de Astrofísica de Canarias, entre otras.
Por la influencia de las creencias religiosas y la arquitectura, para definir normas sociales y marcar calendarios agrícolas, estos cuerpos celestes han inspirado a filósofos, viajeros de vocación y ahora nos ayudan a navegar en la Galaxia y a aumentar nuestro conocimiento de los cielos.
Si acaso piensas que este es un punto de vista antropocéntrico de las estrellas, estás en lo correcto. Las estrellas, de hecho, juegan un importante rol no solo en nuestras vidas y en las vidas de las civilizaciones ancestrales, sino también a niveles galácticos y cosmológicos. Son los átomos de nuestro Universo y conducen muchos de sus agitados eventos.
Ahora está amaneciendo y las estrellas se están retirando, así que mi historia descansará hasta que se revelen una vez más…
Traducido por Aurora Romero.
Jamy-Lee Bam, Data Scientist, Cape Town
Paarmita Pandey, Physics Masters student, India
Nesibe Feyza Dogan, Highschool student, Netherlands
Una, writer and educator
Radu Toma, Romania
Financier and CEO, USA
Yara, Lebanon
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