English (Inglés) Español Italiano (Italiano)
A los humanos siempre nos ha intrigado el origen de todas las cosas, el origen de los océanos, las estrellas, los planetas e incluso de nosotros mismos, aunque una de las mayores incógnitas es el origen del Universo en el que vivimos. Prácticamente todas las civilizaciones trataron de comprender su existencia y su peculiar naturaleza. El astrónomo italiano, físico y matemático Galileo Galilei dijo: “El estudio del Universo es intrascendente porque nunca seremos capaces de asegurar nada al respecto”, manifestándose claramente muy negativo. Einstein, 350 años después mostraba más confianza en la mente humana y decía así: “Lo más incomprensible sobre el Universo es que sea comprensible”.
Toda la astronomía comienza con el cielo nocturno
Cuando miramos al cielo nocturno un día de luna nueva parece que tiene como manchas. A simple vista podemos distinguir entre la luminosidad de las estrellas y la oscuridad entre ellas. Los antiguos creían que las estrellas eran pequeños alfileres en la tela del cielo mientras que las partes oscuras eran regiones simplemente desprovistas de ellas.
La ciencia nos ha enseñado que las estrellas no son alfileres brillantes en el cielo, sino grandes y luminosas esferas que están quemando gases, en su gran mayoría helio e hidrógeno. También sabemos que esas regiones oscuras no están desprovistas de estrellas, sino que son nubes densas de gas y polvo que ocultan las estrellas bloqueando su luz. Estas nubes no podemos verlas a simple vista en el rango espectral visible. Sin embargo, en radio o infrarrojo son muy brillantes, y podemos conseguir observar a través del polvo proporcionándonos una ventana para contemplar lo que esconden.
Polvo cósmico, ¿cómo se forma?
El polvo cósmico son partículas pequeñas y sólidas, como el humo, que se originan en los entornos estelares. Por ello se conocen también como “polvo de estrellas”. Cuando una estrella como nuestro Sol envejece, expulsa las capas más externas de su atmósfera en grandes cantidades. El entorno se vuelve denso y frío proporcionando el lugar adecuado para la formación de partículas de polvo.
El polvo también se forma cuando las estrellas explosionan y eyectan grandes cantidades de material al espacio. Estas partículas viajan a través de un ambiente hostil donde pueden destruirse por la radiación, o sobrevivir y acabar vagando por el espacio. Cuando pasan largo tiempo en regiones densas pueden acumularse y crecer formando granos de polvo.
Al contrario que el polvo que tenemos en nuestras casas que se compone entre otras cosas de células muertas, fibras de alfombras, o bacterias; el polvo cósmico está compuesto de carbón, como las brasas después de una barbacoa, o de silicatos, como los de la arena de la playa. El polvo cósmico presenta un rango amplio de tamaños: desde lo extremadamente pequeño casi del tamaño de una cadena de ADN, al grosor de un alfiler.
Aunque el polvo cósmico solo representa un 1 % del espacio entre las estrellas tiene un papel crucial. Es uno de los pilares en la formación de estrellas y del material que forman los planetas rocosos, los meteoritos, los asteroides y otros sistemas estelares.
El universo es un lugar polvoriento
Para algunos astrónomos el polvo es considerado una maldición. Se ve como una “nube” pesada que debilita la luminosidad de las estrellas y distorsiona la luz de las galaxias lejanas. Como nos oculta partes del Universo nos limita en nuestra comprensión de este.
Aunque hemos aprendido mucho sobre el polvo cósmico, sigue causando frustración a la par que nos intriga, tanto por lo que no deja ver como por lo que oculta de si mismo. Entender su naturaleza es un paso necesario para desvelar los misterios que gobiernan nuestro Universo.
Como investigadora exploro los secretos de este polvo cósmico. Para mi proyecto observo el cielo con un radiotelescopio para intentar descifrar cómo se crea un grano de polvo, porque ¡en el futuro se convertirá en algo aún más grande!
¿Por qué nos preocupamos por esto?
¡Exacto! ¿Por qué deberíamos? Son solo meras motas de polvo vagando libremente por los vastos espacios que existen entre las estrellas, y están tan lejanos y son tan pequeños que no afectan a nuestras vidas de ninguna manera. No nos proporcionan nuevos materiales o suponen una amenaza para nosotros. De hecho, la mayoría de estos granos no pueden siquiera observarse sin un telescopio potente. Si el polvo cósmico no hiciera nada más que rellenar los huecos entre las estrellas, no merecería nada más que una nota a pie de página en los anales del universo. Aun así, todo lo que vemos a nuestro alrededor fue antes una simple molécula o un grano de polvo microscópico. Y estos granos de polvo cósmico guardan valiosa información sobre nuestro entorno estelar pero también de lugares muy muy lejanos. Así es el excitante viaje del polvo: parte de una estrella que muere hasta constituir la pura esencia de la materia, de lo más minúsculo a lo más grande, porque absolutamente todo ocurre en ciclos.
Traduccido al español por Ester Aranzana.
Ester tiene un doctorado en astrofisica por la Universidad Radboud y trabaja actualmente como ingeniera de diseño en ASML, el mayor distribuidor de maquinas de fotolitografía para la producción de microchips.
Jamy-Lee Bam, Data Scientist, Cape Town
Paarmita Pandey, Physics Masters student, India
Nesibe Feyza Dogan, Highschool student, Netherlands
Una, writer and educator
Radu Toma, Romania
Financier and CEO, USA
Yara, Lebanon
Be the first to know when a new story is told! Delivered once a month.
Comments